¿Cómo se gestionan los riesgos en nuestra Cooperativa?
Mg. Ivette Insturaín – Jefa de Riesgos
La gestión de riesgos es un proceso estructurado donde manejan las incertidumbres frente a una amenaza que pueda afectar los objetivos de la organización, para lo cual es necesario emprender una serie de acciones que ayuden a identificarlos, analizarlos, medirlos e implementar estrategias para su tratamiento y comunicación, a lo largo de la estructura organizativa.
Aplicado a nuestra Cooperativa, este proceso es apoyado por la Junta de Directores, la Administración y el personal de la organización. Por consiguiente, se requiere del compromiso de todas y cada una de las diferentes áreas de la empresa, con la finalidad de reunir las sinergias necesarias y así reducir los niveles de exposición a riesgos y, por defecto, proveer una seguridad razonable sobre el logro de los objetivos de la organización.
Para cumplir con la labor de gestión de riesgos, todos los participantes en la cadena deben mantener un nivel de conciencia adecuado y suficiente, con respecto al riesgo. Esto comprende tener la actitud y disposición personal para aprender a identificar indicios y alertas que se presenten a través de la ejecución de los procesos y actividades de negocio, como también tener la capacidad y disposición de analizar las probabilidades de su materialización, de forma tal que se puedan establecer planes de acciones para mitigar los riesgos.
Si bien es cierto que en las prácticas de negocio la administración de riesgos aporta valor a la organización, no hay que perder de vista que el riesgo reputacional es uno de los más importantes.
Por ejemplo, una mala práctica o debilidades en los procesos que impidan el cumplimiento de las leyes, reglamentos, políticas y normas éticas, pueden generar riesgos que impactarán negativamente al negocio, ya sea con multas, sanciones administrativas o penales y hasta la pérdida de imagen y de reputación, lo cual pudiera -en el peor de los escenarios- provocar pérdidas financieras muy significativas que conlleven al cese de operaciones de la empresa.
Ahora bien, ¿qué esfuerzos realiza la Cooperativa para gestionar adecuadamente sus riesgos?
En aras de evitar exposiciones a riesgos que perjudiquen sustancialmente el negocio y la razón de ser de la empresa, la Cooperativa se vale de estrategias e iniciativas que contribuyan al fortalecimiento de la gestión de riesgos, tales como:
- Definición de una estructura de riesgo, comprendiendo los niveles estratégicos y operativos, con el fiel compromiso de los Órganos de Gobierno y la administración;
- Definición, seguimiento y comunicación de la planificación estratégica y planes de negocio que se tengan a bien emprender, con la oportunidad de identificar riesgos sobre los objetivos y, por ende, su adecuada administración;
- Nivel adecuado de conciencia respecto al riesgo, acompañado de planes de capacitaciones continuas sobre los procesos de negocio y de control;
- Desarrollo de herramientas que soporten la gestión de riesgos, como también de canales y coordinadores de riesgos a lo largo de toda la estructura;
- Mapeo y priorización de los riesgos más críticos, aplicando controles efectivos y manteniendo siempre la disposición de datos e información, de manera oportuna;
- Comunicación e información a todos los niveles y en todas las direcciones, sobre los principales riesgos e impactos a los que se expone la organización;
- Supervisión constante y evaluación de las lecciones aprendidas, determinando así las oportunidades de mejoras y el compromiso de todo el equipo.
“Tener una conciencia del riesgo no significa tener miedo u obsesión; más bien, se trata de tomar decisiones oportunas con la información adecuada para determinar mejor el camino a seguir”.